Siempre se ha dicho que es de bien nacido ser agradecido.
Desde estas páginas queremos, a modo de homenaje, agradecer a todas aquellas personas que, a lo largo de muchos años, con su esfuerzo, su trabajo desinteresado, y sobre todo, el amor a su Cofradía y devoción a su Cristo Yacente, han hecho posible que hoy disfrutemos de un legado de incalculable valor.
Ese legado no se limita únicamente al valor material, sino sobre todo al Espiritual, que es el más importante, dándonos una lección de compañerismo, y de buen Cristiano. Así pues, es nuestra obligación no defraudarles.
No están todos los que son, pero son todos los que están. Poco a poco iremos incorporando a nuevos personajes, pero para ello necesitamos su colaboración.